que olvidó el mar en tu boca.
Estas palabras aumentan su volumen de lluvia
si escribo ventiscas
y tacho relámpagos.
Estas palabras deben guiarte hacia mis ojos
y hacia las silencias calles
que mi voz habita
con solo llenar de pájaros sus sílabas,
con solo lamer estas metáforas…
Y si tu sonrisa es dulce
o si tu caricia es suave,
me basta para andar por el nocturno sueño.
Poema publicado por la revista LA LITERATURA DEL ARTE
Pág. 72