He creído antes que soy un árbol:
la cabeza, copa; el cuello, tronco; y de ahí
para abajo
solo raíces, desde el hundimiento de la garganta
en el abismo de la clavícula,
hasta el dedo pulgar de los pies”
Olga Lucía Martínez
Castellanos
“...me miro y me crecen como ramas...”
Liliana Moreno Muñoz
Yo era
delgado, sacudido por la tempestad. Mis ramas, por el viento. Nací en un país
extraño habitado de bruma. Mi frágil cuerpo no huía de la lluvia. Sin saber
crecer nunca aprendí a correr. Los pájaros diseñaron sus nidos en mi madera. El
tiempo se detuvo entre mis ramas. Yo subía con hojas y silbos al cielo y por
mis escarabajos ascendían a su antojo. El musgo se adhirió a mi madera. Me habitaron
insectos. Larvas entre mis grietas oscuras. Me picotearon los pájaros; sus
cantos tejieron entre mis ramas. Los amantes gustan dormir contra mi tronco húmedo
por tantos besos, entrelazando sus nombres en mi vientre. Pero los amantes
saben que algún día el hombre que regó mi tierra, aquel que dejó su cicatriz de
amor en mi corteza terrestre, sus huellas en mi piel, arribará con más hombres,
vendrán con sus cuchillas a cortarme en partes iguales, para transformarme en
mesa o en puerta de una casa. Seré lápiz o puente en la noche sin caminos. Y fabricarán
conmigo la más elemental cuchara para alimentar al pueblo. Así sabré que fui
útil para todos.
Gracias por compartir estas pinceladas de su espíritu
ResponderEliminar