lunes, 9 de octubre de 2017

Poema de olvido

Mención a su obra POEMA DE OLVIDO

Mil poemas por la Paz de Colombia 


Estimado Alexánder Buitrago Bolívar, me es grato informarle que el jurado calificador del V Concurso Internacional "Mil Poemas por la Paz de Colombia", concedió Mención a su obra POEMA DE OLVIDO.
Lo felicito sinceramente y agradezco su contribución con este anhelo de todo un país. En próximos días estaré haciéndole llegar su respectivo diploma.

Cordialmente,

Carlos Gerardo Orjuela Betancourt.


                                                 ___________________


Poema de olvido



Recuerdo mis olvidos.
Mi infancia como un largo invierno.
Yo espero bajo los aleros entusiastas
y fríos,
a orillas de estas páginas
                           blandas por el frío,
la lluvia que rompe mis zapatos
y la noche en la que viajo peregrino.


*
Esta mañana de aguacero musical
en que a manotadas cavo en los recuerdos,
remuevo capas de olvido,
hallo poemas, faros, tareas aplazadas,
regaños por llegar tarde al invierno
o por lloverme demasiado,
esta mañana de silbos destruidos por la lluvia,
inviernos, bibliotecas rotas dentro de tu cuerpo,
hay que morder el denso volumen de tu cuerpo,
la punta endurecida de tus pezones erguidos como agujas,
lamer la profunda estalactita rosada entre tus piernas,
extraer a besos los olvidos incrustados como espinas en tus piernas,
soltar las aves que llevo dentro para que ardan mis palabras,
bajo la luz
de esta calle imaginaria
de lento murmullo ahogado
que llamo lluvia voz adentro
o viento abajo acá dentro de mí,
esta mañana de aguacero musical
hay que escribir ahoras callados en la lluvia,
oír las flores inclinadas dentro del violín del viento,
ser aire de tu orilla
y poblar tu pensativo azul de tigres o de olvidos     
 -que es lo mismo.



*
Yo escribo en los cuadernos destruidos
mis aullidos,
activo 
y desactivo el mecanismo del olvido 
y lavo este renglón de barro
de adolorida hierba que creció en combate,
los abrojos de las ensangrentadas ruinas,
y beso cuerpo adentro
hasta tus árboles volcados dentro
no tus antiguas bibliotecas
ardiendo aún bajo los bombardeos,
no las palabras abandonadas
como estatuas al crepúsculo
sino tu inmortalidad de número
o de olvido,
mía bajo la lluvia,
lejos del nocturno asedio de las armas.