Preparación para la carrera
Para Elías
I.
Escribo
o sueño esta hilera de silbos
o poema
que ha crecido en los suspiros del agua
y como he visto palpitar esta página
voy a un poema como éste que cruje
al abrir las cerraduras de sus puertas de suspiros
un poema de muros de agua que atravieso
al leer estos abismos escritos
un poema lleno de hojas volando
en cada
renglón de aire
y que piso cuando escribo
sueño
o canto
un poema que consulto en el olvido
o entre escombros de suspiros
antes de correr entre las sílabas de este poema.
II.
Mi cuerpo es irrigado de sílabas de sangre
hasta la punta de mis dedos de luz agria
yo estiro las palabras atadas a los huesos
son palabras para tonificar los tendones
mi pecho de hierba lleno de mariposas
para beber el agua de mi lenta sed de arena
de mi piel de beso rápido
de ola
de espuma
de relámpago
en este poema que me oxigena de pájaros
en el que yo me preparo poema adentro para la carrera.
Poema para recorrer renglón a renglón
I.
El poema para recorrer renglón a renglón
tiene líneas llenas de multitud de pasos
de atletas que pasan detrás de los pájaros
y que tocan las nubes en sus sueños
llenos de árboles oscuros de luz
el poema tiene niebla dentro
aire arriba el fuego crece a lo largo
y a lo ancho
y se expande en el vacío del renglón de los suspiros
el poema es hecho en el invierno de mi cuerpo
el poema es un túnel en cada renglón tachado
un aguacero escrito que lees con paraguas de niebla
el poema es luz hasta en estos suspiros desleídos.
II.
El poema al que ascendemos
se eleva entre los símbolos de agua
escritos en la página mojada de sílabas
el poema cuesta arriba sube
en su velocidad
rocosa
lleno de grietas
hierba
tierra
mordida
árboles quemados
graba arañada
viento gris
y sórdido que tuerce las palabras
de las
hojas de los árboles
el poema es un páramo sin caminos
de huellas
de palabras
en la pedregosa página vertical
que verso a verso escalamos
hasta que duela la memoria
y se encalambren los tendones de olvido
viejo
y las palabras se astillen como huesos
y las palabras se rompan como clavículas
al pisar la cumbre del poema de niebla
y allá arriba escribamos
sin luna de sueño el invierno que nos rodea.
Correr
para escribir
I.
Antes
de correr por entre los renglones salpicados de tachones
y suspiros
al fondo
húmedo de algún poema aún sin escribir
en
mi cuaderno de tareas disecciono parte
por parte
como un poema
de Walt Whitman
cada tarde
soleada después de clases
y bebo el
agua jamás nocturna de azul
y elástica
y el viento sordo que asciende con pájaros
y silbos.
II.
Corro
en el aire agrio de vuelos
y fugas
corro
con mi uniforme de tachones innumerables
entintado de suspiros
y
logaritmos
y
de esa trigonometría conjetural
ansiando el vértigo de los poemas
y
la matemática del mar aún abismo
y escribo
corriendo en mi cuaderno de tareas
la
cifra borrosa que tiembla en la pizarra.
III.
Corro
inclinado en el viento cóncavo
recuerdo
las cometas de papel en el azul viento
amarillo
y dulce
como la luz de tus cabellos
toco estos
olvidos de bordes soleados
la claridad
de tus ojos constelados
el viento
verde del maizal que sembró el abuelo
y que
empujaba mi triciclo en un viaje fantástico
en
el que recorría el mundo por
el zaguán de la casa
mientras
saboreaba el viento de las moras machacadas
y el dulce
de durazno que preparaba mamá
el viento
que traía las palabras a mi cuaderno de tareas
me alegra
ver pasar la lluvia en los descansos
por el patio de
la escuela
hay surcos
de cebolla en los renglones
de mi
cuaderno de tareas
y
tu nombre de árbol de duraznos junto a la casa
del abuelo
hundiendo
sus raíces
en las
páginas más húmedas aún no escritas
ahora que
desdoblo
uno
a uno
los
pliegues de la memoria
para
pilotear mi triciclo en el que aún viajo
dentro de
la casa del abuelo
lejos del
olvido
y de la lluvia.
IV.
Yo corro invisible por este poema sin caminos
hecho de silbos
y viento
mis manos transparentes han escrito agua
y hierba
voy subiendo cuesta arriba las palabras
hay sílabas que son abismos de por medio
ríos anegados descendiendo la soledad
yo tonifico la lluvia olímpica
y preparo esta pendiente de palabras
para mis pies de tildes húmedas
y abandonadas
por donde paso junto a atletas como yo
soñadores de crepúsculos
y cimas lluviosas en este renglón pedregoso
desde donde observo la luz mientas asciendo.
V.
Corro desatando el peso de la soledad
de mis huesos profundos
corro desprendiendo
la agobiante noche de mi piel
que se adhiere sin luz
y agujeros negros alrededor
mis piernas tiemblan con mariposas
en torno a mis rodillas obreras
yo corro entre los gerundios esperando
entre la hierba del renglón
y los silbos rasgados bajo la lluvia aún no escrita
corro con altos atletas entusiastas
corro por la geografía del poema que piso
corro entre los ríos que brotan
entre las piedras de tinta de la página de lluvia
y la energía oscura que nutre los huesos
oscuros de las raíces profundas
de la madera derramada
y subo por las palabras
hasta las sílabas de
ramas de silbos
yo incendio los poemas oscuros
que arden a mi paso
por la geografía del poema de niebla
y caminos de suspiros que escribo
y tacho hasta las hojas de invierno en el viento.
Los atletas
I.
Los atletas brillan en hileras
poema adentro como las palabras
en los vértices convexos de las páginas
los atletas son dioses combatientes
tonificados por la lluvia olímpica
que cava hasta lo más alto del poema
los atletas en su sílaba esperan la señal
el golpe de ola en sus pies aéreos
el viento lluvioso en la cresta del poema
como un silbo
vocales dentro
y sin curvar preguntas el viento se prepara
árboles aquí dentro de este verbo
acá en la hierba del poema.
II.
Los atletas felices suben las sílabas más altas
renglón al fondo de mi voz como un túnel
los atletas doblan los renglones de la noche
donde incluso cantan
y fuerte
los atletas desnudos de mariposas
abrillantan sus cuerpos olímpicos
bajo la lluvia
que cae de la página
que escribo mientras corro
los atletas desnudos como apolos
y afroditas en el viento homérico
y el sol que incendia de azul las nubes de luz
en los ocasos circulares
que ruedan en sueños detrás de las palabras.
III.
Bañados por el agua transparente del día derramado
los atletas escalan las palabras sudorosas
los atletas desnudos cruzan días repetidos hasta la
cima
los atletas desnudos de sol y mar y viento
ascienden por poemas rocosos
desnudos pasan
por el borde de metáforas
y silbos
los atletas desnudos brillan por el agua de la luz
como un hilo de plata entre las sílabas
como un hilo de arena blanca
cayendo en el agua del tiempo
grano a grano
los atletas desnudos suben los gerundios sudorosos
de poemas incrustados de palabras dolorosas
palabras endurecidas bajo terrones de silencio espeso
palabras verticales desde lo nublado de los silbos
hacia donde voy con atletas
fantasma entre los árboles escritos en la cima
imaginaria
a lo largo del renglón tachado a cada paso.
IV.
Los atletas fatigan la lluvia sola
una muchacha turbia
con tempestades y relámpagos dentro
una muchacha de cabellos oceánicos
y ojos nublados más allá de los cerros
que recorre la geografía veloz del poema
vestida de hojas de palabras temblando
alrededor de su cintura de agua
transparente
llena de silbos marítimos
la lluvia pasa
mojando
la gramática de la hierba
y los gerundios de las raíces de los árboles
poema adentro en la espesura de mi voz
en la
curvatura del aire
cansando como una barca sumergida
van los atletas conteniendo el aire tenso
viajan sin angustia detrás de la lluvia
los atletas
los atletas lluviosos sobre los renglones
sinuosos
del poema alto
y rocoso
que también escalo en la niebla espesa
de las tildes
por paredes de lodo subo
muros imaginarios
la piedra vertical de las palabras
de sílabas
de roca dura
incrustada en los silbos
subo junto a atletas capas de madera mordida
grava triste
arena sorda
otros
inviernos sin poblar de cantos
subo esta geografía de agua
montado sobre mi ola de sueño
inclinado como la noche hacia el mar
imaginario que me espera.
Poeta atleta
Entras por los senderos pedregosos de los renglones
gastados
otros atletas buscaron la profunda hierba húmeda
o el caracol enlutado
o el árbol que sobrevivió en sus hijos verdes
y delgados temblequeando entre rocíos silvestres
y aire espeso luego del fuego
otros atletas buscaron las palabras hasta su néctar
mientras el viento viajaba en su olímpica velocidad
aérea
y terrestre de atleta
antes de escalar estos silbos
o poema
y atravesarlo como una aguja
de principio a fin
empezando por la noche cóncava que me aislaba
y seguir metáforas cóncavas dentro
diseminándose entre los renglones de hierba nocturna
y crecer a nuestro paso.
(En mi balanza mental
yo equilibro días
yo voy al sueño profundo
por el borde de ciertas soledades
que se agrietan al asirlas
o al correr dentro del poema.
*
El viento ansioso me sigue
por el
abismo del sueño de niebla.
*
Ven detrás de mi lluvia sin postergar).
I.
Para
ser atleta en los poemas
tonifica
las palabras hasta ser
elásticas
como suspiros
prepara
cada suspiro para la sed
cada
músculo
hecho en la noche olímpica
de poemas
verticales
los
tendones de arcilla
que un dios sin origen
estiró
a fuerza de suspiros
los
pies entre la hierba
de
poemas rocosos
y el
lodo de los adjetivos de la página
bebe
la
melancolía
de las
frutas
haz
que tu cuerpo se ajuste en la marcha
al camino sediento
al
poema sin senderos que es aún páramo
en
cuya gramática puedes perderte
si no
oyes mis suspiros en el viento
inhabitable
que nadie detiene.
II.
Me
sumerjo en el océano del viento
óyelo
corriendo hacia el poema
el
viento que sacude las vocales de las ramas
y
disemina sílabas a lo largo de la orilla
hasta
humedezco un poco las palabras
yo
escribo magnolias dentro del viento
y
desprendo las sílabas turbias de las ramas
estos
olvidos que se pegan a mi cuerpo
ahora
en un silencio espeso anudado a la lluvia
escribo
frente al espejo de mis adjetivos
atleta
desde la punta de las uñas de mis pies
hasta las
golondrinas de mis ojos
bajo
la lluvia brillante
olímpico aquí
dentro
en el horizonte
marino de luz
y más
allá del reguero de tachones de cada renglón
agua siempre
o túnel poema
dentro.
III.
Voy
hombro a hombro junto a atletas
que
escalan esta pendiente de palabras
curvándose
a nuestro paso entusiasta
voy
hombro a hombro junto a atletas
que
han recorrido kilómetros veloces
en el
variante clima de páginas tachadas
atletas
que tachan caminos espesos dentro
donde crecen
sílabas torcidas
silenciosas de piedras
a la
orilla del renglón
atletas
que espesan su paso
abismo arriba de los adjetivos
voy
hombro a hombro entre las palabras espesas
los
abrojos de suspiros
y las
grietas que rajan
verticalmente el
poema
hasta la hondura
de mi respiración
voy
aire
y agua
y
sonido agrio a la cima del poema
gane
o pierda luz
horizontal creciendo en el azul.
IV.
Cada
kilómetro del poema que recorro
es
sinuoso como un renglón
hay
páramos nublados de tildes
ríos
de niebla entre las palabras
que atravieso
gerundios
rocosos incrustados
peligrosamente
entre las sílabas
y
árboles de suspiros que crecen a mi paso
cuando
piso estas palabras lluviosas
que
descienden página abajo hacia el olvido
yo
corro renglón arriba hacia el poema
subo
suspiros largos a la cima
subo
por la luz transparente
con
atletas de cuerpos olímpicos
fortalecidos
en otros
kilómetros
de sed
o
escalando versos verticales de roca dura
incrustada
en páginas altas como un páramo
páginas
rocosas de donde migra la noche veloz
hacia
los cuerpos nocturnos de los atletas
entusiastas
y
báquicos
atletas
que no descansan
hasta
cruzar la punta del aire veloz
y las
hojas cóncavas cayendo
de los árboles
dulces
del borde del
poema.
V.
Para
la sed temblando
escribo néctar a la orilla
de las
sílabas de páginas dobladas
para
la sed esta línea de suspiros
que
bebo a sorbos verso a verso
como
si la página fuera un vaso
que
jamás se llena de infinito
sino
de noches espesas de densa soledad
sino
de noches curvas que atravieso
sílaba
a sílaba hasta la sed atleta
sino
que pueblo de fantasmas atletas
que
acompañan la marcha hacia la cima
esta
es mi sed escrita que no se sacia
sino
al escribir corriendo estas palabras
arqueadas
que me doblan
y me
curvan hasta los huesos
y la
sangre aromatizada de metáforas
que
lleva dentro hipérboles
y gerundios
esta
es mi sed atleta
y me circunda de suspiros
la
nostalgia como un páramo solo
y sigo
hasta el final de la página
poema arriba
temblando.
Los atletas son poetas
I.
Los atletas son poetas
que suben poemas altos
más altos mientras escriben piedras
y sílabas anegando ríos de silbos
viento de las hojas solitarias sin luz
tardes circulares detrás
huyendo veloces entre las palabras
los atletas son poetas que corren
por caminos de palabras
pisan el círculo de luz escrito
en la cima del poema como un páramo
tiemblan llenos de sol arriba del frío
en la niebla de silbos espesos
o en el bosque de silbos mojados
donde reposo entre las palabras cóncavas
bajo la lluvia delgada oblicua que imagino.
II.
Y si ruedo poema abajo al abismo de la página
al resbalar de los
gerundios del camino
y las metáforas creciendo
debajo
de los silbos verticales
y si caigo del renglón olímpico
y
fatal
húmedo de tildes hasta la hierba
si caigo al fondo del lodo de adjetivos
si me desplomo desde mis vértebras
hacia la noche cóncava
si cae de bruces la lírica
de los adjetivos
hasta mis vértebras hondas
si toda la gramática
se me derrumba encima con pájaros de por medio
los atletas atraviesan capas de olvido
cavan palabras para llegar a mí
hurgan el poema como en una mina
descienden por el agujero de las vocales
de la dura roca del poema como un páramo
y me abrazan bajo los escombros ensangrentados
antes de caer
y romper las palabras de los huesos
y desvertebrar gerundios
silbo a silbo
y sinécdoques aún no escritas
soy una grieta desde las uñas de los pies
hasta mis manos de hueso cóncavo
y continuos sismos me derrumban dentro
esto escrito son escombros volcados
en la página lluviosa.
(Vamos atletas entre las palabras
estirando los tendones como un silbo
nuestros músculos dispuestos en el aire tenso de la
noche
avanzan hacia el azul
hombro a hombro en el agua de este poema que bebemos
mientras escalamos palabras
antes de sumergirnos páginas abajo
de estos renglones llenos de árboles
y pájaros
que
sobrevuelan por encima de los adjetivos
o migran de página al escribir otros cielos
otros renglones de agua para saciarnos la sed de los poemas).
En la cima del poema
Aquí en la punta de la cima del poema
en el frío de la página
más rota de mi cuaderno de tareas
aquí arriba entre los gerundios espesos
y los silbos tachados del olvido del aire
aquí en el renglón blando
más alto del aire de esta cima de suspiros
aquí en este poema hecho de sudor agrio
y distancias espesas fatigadas
por atletas borro uno a uno los suspiros en el aire
y suelto mis olvidos para que vuelen
rompan mis bolsillos con sus alas sin memoria
y migren desde las páginas rotas de tachones
aquí muerdo el aire oloroso a manzanas
y a duraznos aromáticos
y al observar desde la cima de la página
las palabras
y los silbos allá abajo
y ver ese río de suspiros
serpeando entre los renglones blancos de los gritos
y las metáforas cubiertas de lilas
escribo abismos hierba resonante de hojas metálicas
el viento divino sonrosa estas palabras
desde donde canto
y tacho luz y dibujo arcoíris de pájaros.
*
Acá arriba en la cima del aire del poema
aquí arriba en la punta más elevada
escrita en mi cuaderno de tareas
aquí arriba de las palabras inclinadas
como espigas en el viento
me despojo de mi piel de tildes
me silencio en cada fatiga
cuesta arriba junto a otros atletas
y se deslíen mis vestidos descosidos
al contacto con el agua
como si rasgara las palabras la luz
que brota de entre los olvidos
de la página el agua
de la luz que fluye
por mis venas
como si la materia de la que soy hecho
fuera el mineral del poema en círculos que habito
me quito capaz de pesadumbre escrita tachones
por años llenos de costras adjetivos como escarcha
que enceguecen
y que vuelven resbaladiza
la roca poema abajo
la página de huellas de atletas de luz aromática
he destruido cada página de mi cuaderno de tareas
acá en la cima nublada del más alto poema
yo estoy con atletas
o poetas que fatigan las distancias
atrás quedaron los olvidos prestados
los gritos escritos jamás tachados
las lecciones de escuela para la marcha bajo la lluvia
subiendo los más altos poemas inhabitables
y ahora las palabras como amarras
y dejo que rueden en rodajas de música renglón abajo
y me despojo de mi incertidumbre
al fin cara a cara con el ángel
acá en el alto aire
que sube más allá
de las páginas de mi cuaderno de tareas
más allá de ese dios prometido que se extravía tras su
fuego.
Alexánder Buitrago Bolívar